sábado, 2 de abril de 2016

LO QUE NOS QUEDÁ DE VIDA...disfrutémoslo, es nuestro!




Pertenezco a la generación que tenía un solo mandato:
Debíamos ser y así lo intentamos, las mejores hijas, las mejores esposas, las mejores madres, las mejores profesionales, etc.
Y ahora que ya hice todas esas cosas lo mejor que pude, a veces me gusta estar, salir, viajar sola, a mi ritmo.
A veces necesito mucho a mi familia. Y a veces prefiero... no hacer nada...Ya demostré, acabadamente, quien soy como persona.
Lo que me queda de vida, intento que sea mío disfrutándolo con lo que me venga en gana: viajando, comprando, tomando café con alguien, haciendo lo que me plazca, así sea estar sin hacer nada.
Me he dado cuenta que por más que los demás nos amen mucho y seamos importantes para ellos, todos seguirán viviendo cuando no estemos. Por eso ya es tiempo de NUESTRO TIEMPO, y de dejar de rendir examen en tantos roles con que la vida nos puso a prueba.
No pienso dar más examen de nada, eso incluye a mi familia también.
Nosotras ya estudiamos, criamos hijos, trabajamos, cuidamos padres, estuvimos presentes cada vez que alguien nos necesitó...
¿acaso después nos van a hacer un monumento donde diga:
"A una luchadora, un ser ejemplar y virtuoso"?..
Seguro que no. Y si de casualidad lo hicieran... ¡¡¡estaremos bajo tierra!!!. .
Somos una generación que rompió estereotipos, allanamos el camino a los que vinieron después. Por eso ya es hora de que empecemos a relajarnos y a divertirnos más!
Muchas veces me planteo, qué rápido pasó la vida, distraída como estaba, haciendo mil cosas. También me pregunto: ¿cuánto nos queda de vida, amig@s?
No lo sabemos, por suerte nadie lo sabe, sólo nuestro divino Hacedor conoce nuestro destino.
¿Algo cambiará en quienes nos quieren, cuando nos vayamos? No, la vida seguirá igual en nuestra ausencia y hasta tal vez dirán: "la vieja estaba un poco loca el último tiempo".
Pero nosotras felices igual... porque ya no escucharemos...
Mis queridas amigas, cuídense, no se repriman, aprendan a decir NO cuando quieran decir NO. Si es necesario y siempre para bien de nuestra salud mental, aprendan a mandar lejos a la gente que no sirve para nada (eso sí, con elegancia es mejor). Ya es hora de discernir a quien le hace bien mi amistad, mi cariño, mi compañía, juntémonos, cada vez que podamos, con aquellos que nos hacen reír.
Practiquemos nuestra merecida libertad, ya sea quedándonos en la cama todo un día, viendo por TV lo que se nos ocurra, leyendo poesía, biografías interesantes o simples revistas de chismes.
¡Qué placer caminar sin apuro ni rumbo fijo, y detenernos en cualquier lugar que nos llame la atención.
Por favor, visitemos más seguido a las amigas positivas, vayamos a lugares nuevos, escuchemos más música, animémonos a pintar, a hacer manualidades yoga, meditación, canto, salsa, idiomas, jardinería.....lo que más nos guste!!. Todo sirve y es válido para hacernos sentir bien.
No figura su autor

martes, 15 de marzo de 2016

PABLO NERUDA - ME GUSTA CUANDO CALLAS



Este poema era uno de los preferidos de mi mamá...

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.


Pablo Neruda - Poema 15
 

viernes, 15 de enero de 2016

ENVEJECE CON DIGNIDAD:




Cuidarás tu presentación todos los días.
Viste bien, arréglate como si fueras a una fiesta, qué más fiesta que la vida.

*No te encerrarás en tu casa ni en tu habitación.
Nada de jugar al enclaustrado o al preso voluntario, saldrás a la calle y al campo de paseo, agua estancada se pudre y la máquina inmóvil se enmohece.

*Amarás al ejercicio físico como a ti mismo.
Un rato de gimnasia, una caminata razonable, dentro o fuera de casa. Contra inercia, diligencia.

*Evitarás actitudes y gestos de viejo derrumbado.
La cabeza gacha, la espalda encorvada, los pies arrastrándose, no. Que la gente diga un piropo cuando pases.

*No hablarás de tu vejez ni te quejarás de tus achaques.
Acabarás por creerte más viejo y más enfermo de lo que en realidad estás y te harán el vacío. Nadie quiere estar oyendo historias de hospital.

-Deja de auto llamarte viejo y considerarte enfermo.
Cultivarás el optimismo sobre todas las cosas. Al mal tiempo buena cara, sé positivo en los juicios, de buen humor en las palabras, alegre de rostro, amable en los ademanes. Se tiene la edad que se ejerce. La vejez no es una cuestión de años sino de estado de ánimo.

*Tratarás de ser útil a ti mismo y a los demás.
No eres un parásito ni una rama desgajada voluntariamente del árbol de la vida. Bástate hasta donde sea posible y ayuda con una sonrisa, con un consejo, un servicio.

*Trabajarás con tu mano y con tu mente.
El trabajo es una terapia infalible, cualquier actitud laboral, intelectual, artística. Medicina para todos los males, la bendición del trabajo.

*Mantendrás vivas y cordiales las relaciones humanas.
Desde luego las que se anudan dentro del hogar, integrándose a todos los miembros de la familia: ahí tienen la oportunidad de convivir con todas las edades, niños, jóvenes y adultos, el perfecto muestrario de la vida: luego ensancharás tu corazón a los amigos, con tal que los amigos no sean viejos como tú. Huye del bazar de antigüedades.

*No pensarás que todo tiempo pasado fue mejor.
Deja de estar condenando a tu mundo y maldiciendo tu momento. Alégrate de que, entre las espinas, florecen las rosas. Positivo siempre, negativo, jamás. 


"El anciano debiera ser como la luna, un cuerpo opaco, destinado a dar luz"

Desconozco su autor