Desde el preciso momento en que somos
concebidos nuestro cerebro empieza a perder neuronas, en un proceso
hasta el momento irreparable. Nuestros cuerpos envejecen a diferente
ritmo por designios de la genética y el hecho de haber sido agraciados
con la lotería del ADN no sirve de nada si tenemos malos hábitos de
vida, como una mala dieta o fumar, que pueden llevarnos a envejecer peor
y más rápido.
No todos envejecemos de la misma forma. Este proceso viene
determinado por nuestra dotación genética, que puede hacernos propensos a
desarrollar ciertas enfermedades o protegernos contra ellas. Pero
también envejecemos por los impactos que recibimos desde nuestro entorno
y nuestras conductas. De nada sirve que nuestro ADN nos haya otorgado
la suerte de escapar a enfermedades importantes, si luego no cuidamos la
relación con nuestro entorno físico y social. Esta fue una de las
principales conclusiones del reciente seminario sobre Biología y patología del envejecimiento cerebral celebrado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander.
Dos tipos de envejecimiento
El doctor Justo García de Yébenes, jefe del Servicio de Neurología de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid y uno de los especialistas reunido en la UIMP, distingue un envejecimiento natural de otro patológico, considerando que el envejecimiento normal es un proceso de maduración y de adaptación que se va produciendo en el organismo. Y en esta maduración no todo es negativo. Según el doctor García, aunque se pierden algunas facultades como la memoria, también “se gana en capacidad estratégica, es decir, capacidad para madurar una serie de decisiones con el objeto de conseguir un fin”. Y cita cómo “en el mundo del arte la ciencia, la literatura, la política u otros siempre ha habido personalidades con muchos años que han mantenido su capacidad intelectual hasta el final de su vida”.
El tiempo de envejecer sin enfermedad se cifra teóricamente en torno a los 85 años en muchas personas. Pero el conocimiento cada vez mayor de la biología molecular abre esperanzas a que el potencial de vida, que en algunas personas ha superado excepcionalmente los 125 años, pueda extenderse a otras personas.
La neurogénesis, un descubrimiento esperanzador
Pero algunos elementos medio ambientales y algunas conductas hacen que este envejecimiento se adelante o descontrole, haciendo que envejezcamos antes y peor. Según el doctor García de Yébenes, este proceso empieza “durante la gestación, puesto que en este periodo ya existe muerte de neuronas absolutamente necesaria para la formación de un individuo normal”.
Causas de envejecimiento precoz
Sin embargo, siguen habiendo otras causas del envejecimiento paralelas a las naturales que provocan envejecimiento. El estilo de vida, la educación, las relaciones con otras personas, y sobretodo, la prioridad que cada persona da a su propia salud y la regulación que haga de sus conductas para mantenerla, influyen en que una persona envejezca mejor o peor, antes o después. Y el tabaquismo, el sedentarismo y una alimentación incorrecta que conduzca a la obesidad, por ejemplo, ayudan a que este proceso se haga de la forma peor y más rápida posible.
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