domingo, 4 de octubre de 2015

COLOMBIA DEJARÁ DE SER JOVEN EN EL 2020



En el 2050, el 21 por ciento de los mayores superará los 80 años:
Colombia está ingresando en la era de la sociedad en proceso de envejecimiento y está dejando atrás la sociedad juvenil. En cinco años, la población de más de 60 años crecerá aceleradamente. De hecho, ya empezó.
El estudio ‘Misión Colombia envejece’, revelado esta semana, muestra que los mayores de 60 años en el país están creciendo a razón de 255.000 por año. Hoy son 5,2 millones y en los próximos 35 años, 8,9 millones se unirán a ese grupo. En total, 14,1 millones.
Las proyecciones muestran que los viejos se envejecerán más, es decir, vivirán más tiempo: una de cada cinco personas mayores tendrá 80 años y más. En 1985 eran 180.000, hoy son 670.000 y en el 2050 serán 3,1 millones. Esto es porque pasarán de representar el 8,3 de los mayores en 1985 al 21 por ciento en el 2050.
Detrás de esta transformación están tres indicadores que han cambiado desde mediados del siglo XX: la reducción de la tasa de fecundidad, que pasó de 6,8 a 2,2 hijos; el aumento de la esperanza de vida al nacer, que subió de 50,6 a 74 años en promedio, y la reducción de la mortalidad infantil, que bajó de 123 a 16,5 muertes por mil niños nacidos vivos.
Lucas Correa Montoya, uno de los investigadores, advierte que el envejecimiento de la población “tiene que ver con el desarrollo social y la riqueza”. Según él, en la medida en que una ciudad o un municipio son más desarrollados, más ricos, tienen más oportunidades, mayores niveles de ingreso y mejor educación, la población envejece”.
Bogotá junto con Medellín son las ciudades más viejas y las que más rápido envejecen, mientras que Riohacha y Quibdó son jóvenes. Las ciudades más viejas de Colombia en el 2035 tendrán una persona mayor de 60 por cada menor de 15 años y las más jóvenes, 3 mayores de 60 por cada 10 con menos de 15 años.
Correa señala que no solo envejecen las grandes ciudades, sino intermedias como Armenia, Pereira o Ibagué, que además de la población propia que envejece se han convertido en receptoras de adultos mayores que las eligen para cambiar sus condiciones de vida. “Son más baratas, con mejor clima y más fáciles de vivir para adultos mayores que no necesitan quedarse en las grandes ciudades”, explica.
Además, están las diferencias relacionadas con las condiciones familiares y de educación. El 61 por ciento de los adultos mayores de 60 no tienen educación o no completaron la primaria, y apenas el 7,1 por ciento llegó a un nivel superior.
La investigación advierte que esa situación influye para mantener a estas personas en la informalidad. Ni siquiera saben cómo funciona, por ejemplo, el sistema pensional para cotizar y garantizar ingresos futuros, y algunos asumen como inversión para su vejez la educación que les brindan a sus hijos. Hoy, la mitad de los adultos no hace nada para garantizar un ingreso en la vejez. En el campo, el porcentaje asciende a 70.
“El país tiene que reflexionar sobre lo que les espera a las siguientes generaciones que van a llegar a la vejez con más probabilidad que antes”, dice Dulcey-Ruiz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario